Vértigo: Sensación de adquirir conciencia de lo que hago, tomando precauciones, siendo prudente, antes de dar el paso y tomar decisiones que me permitan seguir avanzando en mi vida personal y/o profesional.
Vivo el presente mirando de frente aquello a lo que me enfrento. El vértigo permite pararme para tomar impulso y alcanzar mis objetivos.
Miedo: Emoción que genera inmovilismo y parálisis en la acción a la hora de afrontar el presente y futuro.
Vivo el presente atemorizado por la posibilidad de que algo del pasado se vuelva a reproducir en mi vida o temeroso de alcanzar algo cuyas consecuencias desconozco y me generan incertidumbre.
domingo, 16 de mayo de 2010
miércoles, 12 de mayo de 2010
Excelencia vs Exigencia
Excelencia: Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo. La excelencia está fuera del individuo, no se alcanza. Es la tarea, se puedo criticar para buscarla, pero siempre falta algo para alcanzarla.
Etimología: La idea de excelencia equivale a ‘sobresalir’, originariamente con el sentido de situarse físicamente por encima de los demás. Excelente llegó al español como participio presente del verbo latino excellere (ser superior, sobresalir), compuesto por el prefijo ex- (fuera), y el elemento verbal cellere, que representaba la idea de ‘ascender, ponerse más alto’. Cellere nunca se usó realmente como verbo en latín, pero la idea subyacente a esa palabra entró en la lengua de los Césares en palabras tales como columna, culmen (cumbre, pináculo), collina (colina).
Exigencia: Acción y efecto de pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho. La exigencia es sobre el individuo, no sobre la tarea. Prevalece el goce de realizarla.
Si la exigencia y la excelencia las llevamos al campo de las relaciones, se define el modelo de la exigencia como aquel que hace que te relaciones con otros desde el control, mientras que el modelo de la excelencia establece relaciones de confianza. El control de la exigencia te lleva a la desconfianza, mientras que la relación de confianza basada en la excelencia te lleva al compromiso de desarrollo de las personas.
En el terreno de la motivación, el modelo de la exigencia te conduce al “Tengo que”, mientras que el modelo de la excelencia, al “Quiero”. El tengo que, es una motivación a corto plazo y el quiero sin embargo, puede ser una motivación a largo plazo.
Finalmente, en el contexto del liderazgo, si se habla del líder que está en el modelo de exigencia, estaremos ante alguien que busca la perfección, identificando el ERROR como fracaso (se queda con lo que falta, no con lo que hay). El líder que está en la excelencia identifica el ERROR como oportunidad de mejora. Oportunidad para aprender, resultados comunes, enriquecerse. Este es el motivo que el líder exigente se relacione desde el control y la desconfianza, no delega. El líder en excelencia se relaciona compartiendo, desarrollando a su gente y desde la confianza. La relación de los otros con un líder exigente se fundamenta en el "·tengo que", y la relación con un líder en excelencia se basa en el "quiero".
Etimología: La idea de excelencia equivale a ‘sobresalir’, originariamente con el sentido de situarse físicamente por encima de los demás. Excelente llegó al español como participio presente del verbo latino excellere (ser superior, sobresalir), compuesto por el prefijo ex- (fuera), y el elemento verbal cellere, que representaba la idea de ‘ascender, ponerse más alto’. Cellere nunca se usó realmente como verbo en latín, pero la idea subyacente a esa palabra entró en la lengua de los Césares en palabras tales como columna, culmen (cumbre, pináculo), collina (colina).
Exigencia: Acción y efecto de pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho. La exigencia es sobre el individuo, no sobre la tarea. Prevalece el goce de realizarla.
Si la exigencia y la excelencia las llevamos al campo de las relaciones, se define el modelo de la exigencia como aquel que hace que te relaciones con otros desde el control, mientras que el modelo de la excelencia establece relaciones de confianza. El control de la exigencia te lleva a la desconfianza, mientras que la relación de confianza basada en la excelencia te lleva al compromiso de desarrollo de las personas.
En el terreno de la motivación, el modelo de la exigencia te conduce al “Tengo que”, mientras que el modelo de la excelencia, al “Quiero”. El tengo que, es una motivación a corto plazo y el quiero sin embargo, puede ser una motivación a largo plazo.
Finalmente, en el contexto del liderazgo, si se habla del líder que está en el modelo de exigencia, estaremos ante alguien que busca la perfección, identificando el ERROR como fracaso (se queda con lo que falta, no con lo que hay). El líder que está en la excelencia identifica el ERROR como oportunidad de mejora. Oportunidad para aprender, resultados comunes, enriquecerse. Este es el motivo que el líder exigente se relacione desde el control y la desconfianza, no delega. El líder en excelencia se relaciona compartiendo, desarrollando a su gente y desde la confianza. La relación de los otros con un líder exigente se fundamenta en el "·tengo que", y la relación con un líder en excelencia se basa en el "quiero".
Distinción mejorada por Nuria Álvarez Figueroa
Gerente de Coaching & Resultados para la Excelencia Organizacional
lunes, 3 de mayo de 2010
Coherencia vs.Congruencia
Coherencia: Es hacer lo que se supone que debes hacer según tu herencia, esto es, rango social, cultura, procedencia, etc..) Cuando soy coherente, estoy alineado con la expectativa que los demás tienen de mí.
Congruencia: Todo lo que tú eres está alineado hacia un mismo objetivo, hacia un mismo fin. Buscas que lo que tú eres esté de acuerdo o en armonía con lo que dices y haces. Es como si fueras el director de tu propia orquesta y tu objetivo no es que todos los músicos toquen el mismo instrumento, sino que todos se pongan de acuerdo en la melodía a interpretar. La congruencia viene marcada por mi y lo que quiero ser.
Congruencia: Todo lo que tú eres está alineado hacia un mismo objetivo, hacia un mismo fin. Buscas que lo que tú eres esté de acuerdo o en armonía con lo que dices y haces. Es como si fueras el director de tu propia orquesta y tu objetivo no es que todos los músicos toquen el mismo instrumento, sino que todos se pongan de acuerdo en la melodía a interpretar. La congruencia viene marcada por mi y lo que quiero ser.
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